jueves, 20 de mayo de 2010


"A mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto [...]"
Y así, como un perdido Dante en el infierno, me encuentro yo en estas raras etapas de la vida. ¿Qué es el camino y a dónde nos lleva? No creo que nadie sea capaz de responder satisfactoriamente a esta pregunta. En todo caso, cada cual será capaz de dar una respuesta personal, insignificante para otro. Una sutil pinzelada de proyecto que queda como un borrón a la vista de otro artista.
Así nos movemos: sin rumbo, sin esperanza... Sin apenas idea de a dónde nos dirigimos y, sin embargo, no dejamos de andar.
¿Acaso no merecería más la pena detenerse unos instantes, sino a pedir explicaciones, por lo menos a mirar alrededor? Da igual, nos da igual.
Errantes sin destino y sin objetivos. Por lo menos Dante buscaba a su amada, pero ¿qué buscamos nosotros?
El amor o el odio; la felicidad o la tristeza; la satisfacción o la venganza; el dolor o la alegría... todos vanos reflejos en un universo que creemos infinito pero al que ponemos barreras bien limitadas.
No importan nada las andanzas si finalmente llegamos al destino, pero una vez allí, ¿alguien sabrá qué hacer?

Paz, amor y reflexiones nocturnas...

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